Próximos cursos: Terapia Minimalista e Interpretación de los sueños

Estaré en Quito en pocas semanas para impartir dos talleres sobre temas vinculados a la terapia.

EDIT: Voy a impartir TRES talleres y una charla gratuita. La información a continuación.

CHARLA (gratuita): “El futuro de la Psicoterapia”

– Fecha y hora: 14 de noviembre, 17:00 – 18:30

– Lugar: Aysana Centro de Psicoterapia; Gonzalo Noriega N39-32 y Portete; Quito, Ecuador

– Informes: Tlfs: 2241718 / 095612510 (Charla gratuita)

– Dirigido a: Psicólogos y psicoterapeutas de cualquier orientación; Estudiantes de psicología; público en general

– Resumen: En los últimos años se han dado descubrimientos que amenazan con revolucionar la psicoterapia como la conocemos: cambios en los métodos de diagnóstico, en la definición de los trastornos o desórdenes, en su abordaje terapéutico… A la luz de estos hallazgos, ¿tiene futuro la psicoterapia? Y si es así, ¿cuál?

 

CURSO: “LOS SUEÑOS: cómo interpretarlos a través del método simbólico-experiencial.”

El Misterio de los SueñosFecha y hora: 15 de noviembre, 17:00 – 21:00 (total: 4 horas)

– Lugar: URUZ, Centro de Terapias Alternativas; Gregorio Munga N39-55 entre Moncayo y Portete; Quito, Ecuador

Informes e inscripciones: Tlfs: 3520134 / 0987019689; Email: [email protected] (Cupos limitados)

– Dirigido a: Psicólogos y psicoterapeutas de cualquier orientación; Estudiantes de psicología (a partir del 2o año de carrera)

Resumen: “El sueño es la forma que adopta la consciencia cuando estamos dormidos”. (D. Foulkes).

A principios del siglo pasado, Sigmund Freud publicó su magnum opus, “La Interpretación de los Sueños”, inaugurando una revolución en el estudio del significado y el simbolismo oníricos y convirtiéndolos en temas de estudio de la psicología. No pasó mucho tiempo para que sus ideas fueran desarrolladas en múltiples direcciones por varios de sus discípulos y seguidores: Adler, Jung, Reich, Klein…; o para que surgieran valientes posturas contrapuestas, como la de Fritz Perls, fundador de la terapia Gestalt.

Sin embargo, en los últimos 50 años tanto la psicoterapia como la psicología en general se han ido apartando del estudio y trabajo con los sueños por varias razones: la dificultad inherente a investigar un fenómeno enteramente subjetivo, la pérdida de influencia del psicoanálisis, la inexistencia de un modelo teórico alternativo que brinde su gran poder explicativo sin padecer de sus problemas y la hegemonía en aumento de la terapia cognitiva “estándar”.

Como resultado, los terapeutas y psicólogos conocen, a lo sumo, los postulados freudianos o junguianos; ignoran los avances que se han dado en neurociencia y trabajo con el sueño en las últimas décadas; y carecen del marco teórico y el conjunto de técnicas que les permitirían incluir el trabajo con los sueños de manera provechosa en su práctica.

En este seminario-taller se expondrá un método de trabajo e interpretación de los sueños, creado por el ponente, que incorpora las clásicas ideas de Freud, Jung y Perls bajo un modelo teórico que integra la neurociencia con una visión post-constructivista. Se expondrán también técnicas para trabajar con el sueño de forma eficaz, profunda y sin generar resistencia.

Los asistentes aprenderán:

  • A entender el fenómeno del sueño desde una teoría simbólico-experiencial.
  • Una serie de técnicas para trabajar con los sueños de manera organizada y eficiente.
  • A interpretar sus propios sueños mediante el método simbólico-experiencial.
  • A ayudar a otras personas a interpretar sus sueños.

CURSO: TERAPIA MINIMALISTA: terapia breve basada en la consciencia

Terapia Minimalista– Fecha y hora: 16 de noviembre, 08:30 – 18:00 (con una hora para almuerzo. Total: 8 horas)

– Lugar: Serendipitá Ecuador; Edf. El Libertador J. Carrión E9-41 Entre Tamayo y L. Plaza Tercer piso # 3A; Quito, Ecuador

– Informes e inscripciones: Tlfs: 2507823 / 0984425837; Email: [email protected] (Cupos limitados)

– Dirigido a: Psicoterapeutas practicantes de cualquier orientación o enfoque; Estudiantes de psicología o psicoterapia (a partir del tercer año de carrera); Coaches personales.

– Resumen: Creencias erróneas de los terapeutas

La investigación en psicoterapia de los últimos 40 años desmiente tres ideas altamente influyentes en el trabajo terapéutico:

  1. La utilidad del diagnóstico tipo DSM para orientar una terapia o pronosticar su resultado: debido a la alta comorbilidad y a la artificialidad de la lógica de “cinco o más criterios por más de X semanas”, los diagnósticos son poco fiables.
  2. La creencia de que ciertos enfoques terapéuticos son más eficaces que otros: en realidad, todos los enfoques (mínimamente científicos y razonables) son igualmente eficaces. (Lo que sí hay son terapeutas más o menos eficaces; la diferencia se da entre las personas, no entre sus enfoques).
  3. La creencia de que “a cada trastorno debe corresponder un tratamiento específico”: salvo por las fobias circunscritas, cuyo tratamiento de elección es la exposición gradual, la mayor parte de los demás trastornos suelen responder igual a tratamientos muy disímiles. Los trastornos alimenticios, por ejemplo, se pueden tratar con terapia familiar, cognitiva, dialéctico-conductual, psicodinámica, o multimodalmente con terapia individual, de grupo y familiar combinadas; el pronóstico depende más de la gravedad inicial y la existencia de recursos contextuales y psíquicos que del tratamiento elegido.

Estos y otros descubrimientos a los que pasaremos revista en el taller apuntan a una idea tan sencilla como revolucionaria: que las terapias que “funcionan” en el fondo hacen lo mismo. Que debajo de la apabullante variedad de técnicas y enfoques hay un solo proceso responsable de la curación de los consultantes. Y que la mejor manera de ayudarlos es facilitar continuamente ese proceso sin distracciones superfluas. Es decir: practicar una terapia minimalista.

En este taller profundizaremos en esta forma de “meta-terapia” tanto teórica como práctica y experiencialmente.

CURSO: “TERAPIA CENTRADA EN LAS EMOCIONES”

– Fecha y hora: 20 de noviembre, 17:00 – 20:30

– Lugar: ConCiencia – Especialidades Psicológicas; Francisco Salazar E10-59 entre Tamayo y 12 de Octubre, Quito, Ecuador.

– Informes e inscripciones: Tlfs: 26009115/ 0984471304; Email: [email protected]

– Dirigido a: Psicólogos y psicoterapeutas de cualquier orientación; Estudiantes de psicología (a partir del 2o año de carrera)

– Resumen:

“La razón es, y sólo debe ser, esclava de las pasiones”. (David Hume).

La investigación en psicoterapia de las últimas décadas confirma que para favorecer un cambio duradero y profundo es preciso abordar directamente las emocionas en el proceso terapéutico. Existen para ello una variedad de técnicas de probada utilidad, empezando por la empatía propiamente dicha, que pueden combinarse con casi cualquier enfoque terapéutico potenciando sus efectos. En este seminario revisaremos algunas de estas técnicas junto con la teoría que les da sentido y la forma en que pueden integrarse en la práctica de la terapia

Contenido del curso:

  • Cómo entender las emociones
  • Las emociones en diversas teorías
  • Fundamentos del trabajo terapéutico: empatía, resonancia y reflejo
  • Variedades de reflejo empático

Impartido por:

Dr. Esteban Laso Ortiz
(www.psicologiaenpositivo.com)
Universidad de Guadalajara/Instituto Tzapopan, Guadalajara, México
Psicoterapeuta, coach personal y psicólogo social
Master en terapia cognitivo social de la Universidad de Barcelona
Doctor en psicología social en la Universidad Autónoma de Barcelona
Conferencista y docente internacional

Cupos limitados

Trabajando con Emociones en Terapia Familiar y de Pareja

Las emociones están cada vez más presentes en el Zeitgeist contemporáneo. Desde la ubicua “inteligencia emocional” de Goleman, pasando por la serie Lie to Me (vagamente basada en el trabajo de Paul Ekman), hasta el Dalai Lama… Todos queremos saber más de ellas, aprender a reconocerlas, “controlarlas”, transmutarlas… Emotion-Focused Cognitive Therapy

Incluso la psicología organizacional ha trascendido los modelos conductistas y racionalistas para darles la importancia que merecen (como expongo aquí). Por no hablar de la psicoterapia en su conjunto; hasta los cognitivos, tradicionalmente reacios, han empezado a admitir la necesidad de incorporarlas en su trabajo, como lo demuestran títulos recientes del estilo de Cognitive Emotional Behaviour Therapy o Emotion-Focused Cognitive Therapy. (Lo malo es que se han limitado a añadirla a su lista de técnicas o problemas a abordar, endureciendo sus supuestos teóricos en vez de revisarlos críticamente; igual que Albert Ellis, solamente ponen una palabrita más, “emotional“, en una marca ya existente. Pero esto es harina de otro costal).

Sin embargo, en este reino de las terapias subsiste una irreductible aldea poblada por terapeutas sistémicos que resiste ahora y siempre al invasor… Terapeutas fieles a la maldición batesoniana contra las emociones (en síntesis, “la emoción es un concepto dormitivo que no explica nada“), al desaire de Selvini-Palazzoli y el primer Equipo de Milán (en síntesis, “la emoción no es más que una jugada para obtener ventaja en una lucha de poder”), al dictum de Jay Haley (“la emoción es una simulación“)… Terapeutas que han olvidado a los dos grandes “locos” de la terapia familiar, Virginia Satir y Carl Whitaker, pioneros del trabajo con y desde la emoción. Terapeutas que se mueven en lo pragmático (enviando tareas, prescripciones o rituales) o lo cognitivo (tejiendo reencuadres, metáforas o “diálogos sobre los diálogos”); y que, cuando sus consultantes lloran, se irritan o exclaman “me siento triste”, cambian de tema hábil pero inexorablemente: “y cuando se siente así, ¿qué hace?” o “¿quién más está triste en esta familia?”

“Primariamente amorosos”

Juan Luis LinaresEn este irreductible grupo se encuentra un teórico y terapeuta (que tuve la fortuna de tener como maestro), Juan Luis Linares, empeñado en generar una “revolución amable”: recuperar las emociones. Convertirlas en miembros de pleno derecho en la teorización y la práctica de la terapia familiar. Y no sólo la emoción de la familia sino la del terapeuta mismo, que debe usarse como brújula para orientar la conversación en dirección del cambio positivo. Continue reading

“Los sujetos también piensan”: por qué debe cambiar la investigación psicológica

Hace unos cincuenta años, en uno de sus más ácidos textos, George Kelly desnudaba la contradicción inherente a buena parte de la teorización y la investigación en psicología en términos parecidos a éstos:

Abramos un libro cualquiera de “Introducción a la teoría de la personalidad”. Descubriremos que, casi siempre, en la primera parte, dedicada a la metodología, el autor nos explica cómo construyen los psicólogos las teorías sobre el ser humano que se exponen en la segunda parte. Sin duda, se enorgullecerá de usar “el método científico”: “los psicólogos”, dirá, “proceden a crear hipótesis, extraídas de la observación disciplinada y minuciosa, para ponerlas luego a prueba en experimentos cuidadosamente diseñados”. Una maravillosa teoría de cómo opera el ser humano en su búsqueda de mejorar su condición existencial.
Sin embargo, en la segunda parte nos llevaremos un chasco. Los seres humanos (o “sujetos”, “organismos”, “individuos”, etc., como preferirá llamarlos en aras de la “objetividad”), nos dirá el autor, obedecen a fuerzas más allá de su control: la “agenda de refuerzos” que impone su contexto, las “pulsiones” o “necesidades” de su biología, las tendencias escritas en sus “rasgos de personalidad” derivadas de su genotipo… Atrás habrán quedado las hipótesis, la observación y la experimentación, reservadas sólo a unos pocos elegidos, los ungidos con el manto de la ciencia y los laureles de la psicología.
Pues, en definitiva, los psicólogos no tienen una sino dos teorías: la que se aplican a sí mismos (hipótesis, observación, experimentación) y la que aplican a los seres “comunes y corrientes” (refuerzo, condicionamiento, pulsión, rasgos de personalidad…)

Los años han hecho que la crítica yerre en el detalle: los teóricos contemporáneos se precian de tener en cuenta la “reflexividad” a la hora de tejer sus planteamientos. Pero en el fondo, la situación no ha cambiado; si acaso, ha empeorado. Pues la mayor parte de la investigación científica en psicología continúa tratando a sus informantes como objetos cuyas “propiedades” deben “medirse“; y la mayor parte de la terapia, como máquinas averiadas cuyos defectos deben arreglarse mediante alguna técnica (cuanto más vanguardista y novedosa, mejor).

Creo que esta tendencia al (nefasto) instrumentalismo epistemológico, herencia malhadada de Skinner y compañía, está empezando a cambiar, a juzgar por dos desarrollos recientes que resumo a continuación.

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Filosofía y psicología: “Nosotros no hacemos esas cosas”

Primeras Jornadas de Filosofía CUCI

Hace unos años, cuando estudiaba la licenciatura, mientras esperábamos al profesor en el aula, uno de mis compañeros sacó un libro de filosofía y se puso a hojearlo. Ni bien llegar, el profesor le preguntó qué estaba leyendo y mi amigo levantó el libro para mostrarle la portada. Sin dudarlo, el profesor sentenció: “¡Ah… filosofía! No leas eso, no te va a servir para nada. Nosotros no hacemos esas cosas“.

Siempre pensé que era una respuesta absurda. Pero sólo pude articular el por qué hace unos días, en el taller que impartí en las “Primeras Jornadas de Filosofía de la Mente y el Derecho” del Centro Universitario de La Ciénega, sobre la relación entre filosofía y psicología. Pues, cuando entra en crisis, la psicología necesita de la filosofía. Y entender las teorías psicológicas a fondo implica entender sus raíces históricas y epistémicas, como explico a continuación.

Murray BowenNacer es diferenciarse: Bowen

La teoría sistémica, en su variante transgeneracional “boweneniana”, nos enseña que para poder crecer como unidad autónoma todo hijo debe “diferenciarse” de sus padres discrepando con ellos en algún tema que todos consideren fundamental. A esta ruptura le sigue una tormenta más o menos prolongada, un período de consolidación de la postura del hijo y, cuando ésta se ha demostrado viable, un reencuentro y reconciliación, ya no entre un niño y sus padres sino entre un adulto joven y otros un tanto mayores. Sólo entonces, cuando el mutuo respeto y afecto han reemplazado al resentimiento o el temor, cuando tanto el hijo como los padres han cambiado, ampliado sus horizontes, reconocido la legitimidad del otro, se ha completado con éxito el proceso de diferenciación que subyace a la identidad exitosa.

Nótese de paso la genial reinterpretación del mito edípico freudiano y su “matar al padre” por parte de Bowen, ella misma un ejemplo de diferenciación exitosa de sus propios orígenes psicoanalíticos… Pues la diferenciación consumada implica no el repudio a la ideología paterna sino su actualización: nos diferenciamos cuando logramos integrar la herencia de nuestros antecesores con nuestras propias búsquedas e ideales. Cuando cumplimos el dictum de Bruce Lee:

Absorbe lo que es útil,

Descarta lo que es inútil,

Añade lo que es único de ti.

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“Me imagino lo que siente”: qué es y qué no es la empatía

La empatía es una constante en los procesos contemporáneos de formación de terapeutas. Se insiste todo el tiempo en que deben “ser empáticos”, “ponerse en el lugar del paciente”, “reflejar sus sentimientos”… Se los reconviene si no lo hacen. A veces se les enseñan técnicas que, supuestamente, la favorecen; frases hechas como “debe ser duro para ti”, “me imagino lo que debes estar sintiendo”, “debes sentirte muy mal”.

El énfasis es sin duda apropiado: la investigación ha demostrado que la empatía es requisito indispensable para una alianza terapéutica exitosa y que los terapeutas que la demuestran son mejor valorados y más escuchados por sus clientes. Pero la definición es con frecuencia incorrecta –lo que conduce a un extravío en la enseñanza y la práctica. Pues ser empático no es “ponerse en la piel del otro” ni “compartir sus sentimientos”. Es una destreza mucho más compleja, potente –y mejorable.

Rogers: el pionero y su involuntaria confusión

No es extraño que se dé este malentendido; lo propició el mismo pionero de la empatía en psicoterapia, Carl Rogers, que da varias definiciones de ésta, cada vez más sofisticadas, a lo largo de su carrera. La más importante y recurrente hace uso de la metáfora –el tentáculo que extiende el lenguaje cuando busca palpar un territorio nuevo y desconocido: “entrar en el mundo perceptivo privado del otro volviéndolo familiar para nosotros”. Esta metáfora del “habitar”, tan fructífera, transmite algo de la “atmósfera” empática –pero poco de sus especificidades; es útil para insinuar sus efectos, no para propiciarla, estudiarla o aprenderla.

Pero cuando Rogers trata de precisarla diciendo “es vivir temporalmente la vida del otro, moviéndose en ella con delicadeza y sin hacer juicios de valor” contribuye, involuntariamente, a la infinidad de malentendidos que empañan el concepto y dificultan inmensamente la enseñanza y práctica de la psicoterapia hasta hace no mucho.

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La gestión de uno mismo en el marketing político: más allá del lenguaje no verbal

El lenguaje no verbal: importante pero insuficiente

En época de elecciones abundan los cursos y asesorías sobre imagen y lenguaje no verbal. Los candidatos corren a buscar media coaches que les digan cómo moverse, cómo sentarse, con qué tono, intensidad y timbre hacer sus declaraciones… Organizan focus groups para evaluar distintos colores de corbata, diferentes estilos de vestimenta, poses y posturas. Enfatizan no sólo el contenido de sus mensajes sino ante todo la manera de transmitirlos.

Cosas todas importantes -pero también insuficientes.

Porque los media coaches operan sólo “desde fuera“, modificando únicamente los gestos, indumentaria y tono de voz del candidato. Pero descuidan lo que ocurre “dentro” de él mientras hace su trabajo. Y esto es crucial: pues como sostengo en otra parte, la acción casi siempre sigue a la atención. O sea, lo externo está controlado por lo interno.

Así, un candidato que ha aprendido únicamente a comportarse según el guión de sus asesores se queda indefenso en cuanto la situación se sale de lo planeado. Una pregunta inesperada, un movimiento no ensayado traicionan sus verdaderas emociones: se le nota inquieto, preocupado, irritado, agobiado, asustado… Emociones negativas que se filtran a su lenguaje no verbal y se contagian a la audiencia, contaminando sus ideas y anulando su atractivo.

La única manera de afrontar estas situaciones es saberse gestionar a uno mismo: ser capaz de manejar las propias emociones y sentimientos más allá del lenguaje no verbal. Un arte difícil pero imprescindible si se quiere llegar lejos en el liderazgo y la política. Continue reading

El Poder de la serenidad: contagio emocional y persuasión

El “contagio emocional” y el poder de la serenidad

Uno de los desarrollos más valiosos en el management actual es la aplicación de los hallazgos en neurociencia y psicología positiva: en particular, del papel crucial de la empatía y las neuronas espejo en las interacciones y la toma de decisiones. Las investigaciones de Sigal Barsade han llegado a una conclusión formidable: los estados de ánimo se “contagian” entre los miembros de un equipo y determinan las decisiones a las que llegan y los acuerdos a los que pueden aspirar. Es más: la compatibilidad entre los “estilos emocionales” de los miembros del equipo y sus jefes o coordinadores está directamente relacionada con la rentabilidad de la empresa y la eficacia del equipo.

Que emociones como la ira, la tristeza o el miedo se contagian es sabido desde siempre. Pero lo que descubrió Barsade, y lo verdaderamente fascinante de su trabajo, es que no sólo se contagian las emociones negativas: por el contrario, la alegría y el optimismo también son “altamente infecciosos” y se reparten a toda velocidad entre los colaboradores modificando los estados de ánimo y favoreciendo la flexibilidad, la objetividad y la competencia. Continue reading