Pero, como siempre, no sólo una respuesta.
Chesterton describe el dilema con inigualable penetración y atroz belleza.
Vivir, nos dice, equivale a encontrarse en guerra y atrapado tras las líneas enemigas. En esta tesitura, no hay más que una salida: el soldado
Ha de combatir por su vida con un espíritu de absoluta indiferencia para su vida: ha de desear la vida como el agua, y apurar la muerte como el vino.