Hombres de Poca Fe

(Se dice que un malicioso rumor propalado por los fariseos pretendía explicar la supuesta “resurección” de Cristo por medios nada sobrenaturales. Este breve cuento intenta responder a la pregunta: ¿que habría pasado si el rumor fuese cierto?
Y si Dios existiera, por supuesto).

– Pero Juan, si su profecía falla, ¡su fe morirá con él!

– Lo sé, Pedro, lo sé -dijo Juan enjugando las lágrimas-. Pero no tengo el valor ni la fuerza para hacer lo que tú consideras justo.

– ¿Y tú no? ¡Basta de lloriqueos! -gritó Pedro, aunque claras gotas bajaban por su mejilla- ¿Me ves sufrir? Sí, sufro, pero el Señor nos necesita. No podemos fallarle.

A su grito le sucedió el silencio. Juan, al fin, lo rompió. Suspirando y cerrando los ojos, preguntó:

– ¿Estás seguro de que debemos robar su cuerpo?

– Si Él no resucita -respondió Pedro con ojos de fuego- su legado morirá, y su vida de nada habrá servido. Si lo hace, la fe que nos dejó se extenderá y conquistará el mundo. Ahora, ¿lo crees?

– De acuerdo, Pedro. Sea lo que dices conveniente. Pero que María Magdalena sea la primera.

Esperaron, mientras María se preparaba para salir. Esperaron, rendidos los ojos, demasiado cansados hasta para llorar. Esperaron.

Pero María regresó corriendo, y sus pasos hablaban de miedo y dolor, aun antes de que exclamara:

– ¡La tumba está vacía!

Pudo haber sido el viento; lo cierto es que, dentro de sus cabezas, alguien murmuró con ternura:

– “Hombres de poca fe…”

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