Hay sitios a los que no puedes regresar,
nunca jamás.
Si la vida es sólo un sueño, ¿a qué equivale el despertar?
Never seen a blue sky
Yeah I can feel it reaching out
And moving closer
There’s something about blue
Asked myself what it’s all for
You know the funny thing about it
I couldn’t answer
No I couldn’t answer
Things have turned a deeper shade of blue
And images that might be real
May be illusion
Keep flashing off and on
Free
Wanna be free
Gonna be free
And move among the stars
You know they really aren’t so far
Feels so free
Gotta know free
Please
Don’t wake me from the dream
It’s really everything it seemed
I’m so free
No black and white in the blue
Everything is clearer now
Life is just a dream you know
That’s never ending
I’m ascending
Una de las historias más conmovedoras es la tragedia de Odiseo, vagando sin descanso entre los dedos de los dioses hasta llegar, viejo y cansado, al lecho de Penélope.
Una mujer que valía la pena buscar.
Valía la pena matar por ella, o arriesgar la vida; porque ¿qué era la vida, sin ella?
Valía la pena, como Nausícaa.
-Pero ¿qué pasa aquí?
-¿No lo sabes? Se llama amor.
Lin y Kamajii, El Viaje de Chihiro, de Hayao Miyazaki
Gracias.
Por todo.
Gracias, dondequiera que estés.
See you, space cowgirl…
Someday, somewhere!
Cowboy Bebop
Hace siglos (eso parece) me encontré con una vieja serie japonesa llamada Cliffhanger! – Las aventuras de Lupin III.
Era formidable: cómica, atrevida, ágil, retorcida –y al propio tiempo simple hasta la vacuidad.
Pasé tardes enteras disfrutando de ella. Cosas así te ayudan a vivir.
Hace un año (casi un siglo) di por casualidad con otra serie, también japonesa, también formidable: Cowboy Bebop. Cómica, atrevida, ágil y retorcida; deliciosamente semejante al viejo Lupin. Mucho menos simple: es trágica, anegada de heroísmo, honor y sed de venganza.
Con la genial añadidura de una banda sonora polifacética e inmejorable, compuesta por Yoko Kanno.