La publicidad oficial, un intento de autoconvencerse: entrevista en “El Blog de la Radio”

A mi juicio, la actual publicidad oficial forma parte de un círculo vicioso: cuanto peor están las cosas, menos dispuestos estamos a verlas, y más gritamos que están mejor que nunca. Por eso, los mensajes oficialistas acaparan cada vez más espacios en radio, TV y prensa, son cada vez más vehementes, violentos y virulentos, plasman una realidad cada vez más maniqueísta y simplona y se apoyan en el ultraconservador “si no estás conmigo estás en mi contra”.

Esta negativa a contemplar los hechos afecta tanto a los partidarios del “sí” y Rafael Correa como a los del “no”; aquellos se ciegan ante el evidente autoritarismo, irrespeto de los debidos procesos y los derechos de los ciudadanos, etc., que han caracterizado a este régimen, y estos no admiten que, después de todo, Rafael Correa tiene razón en muchas de las cosas que dice. (¡Lástima que las diga desde una posición de resentimiento y no de esperanza! Porque el resentimiento siempre mira al pasado, y la esperanza, al futuro).

De este modo, opositores y partidarios se envuelven en una fantasía (de la que el mismo Rafael Correa es víctima): creer que el país cambiará profundamente con el “sí” (o el “no”). Creer que las sociedades se pueden hacer a medida, según diseño, por medio de las leyes. Y esta fantasía nubla su juicio y su capacidad de observar los hechos -que, mientras tanto, erosionan lenta pero inexorablemente la confianza de las personas en los políticos.

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